lunes, 3 de noviembre de 2008

Dos malos conocidos y uno bueno sin conocer

A Rudy, Rudy, Rudy, Rudy Fernaaaaaaaaaandez (con la melodía del tema Ruby, de Kaiser Chiefs),

¿Obama o McCain? Me parece que falta una tercera opción. Simplificando, ambos candidatos representan la derecha y la extrema derecha, respectivamente. ¿Y el candidato de izquierdas? ¡Ah no!, se me olvidaba que en EE.UU. los socialistas, comunistas, anarquistas, y demás personas de tendencias progresistas sufrieron una abducción masiva y desaparecieron de la faz de la Tierra camino del Planeta Rojo…

Me parece vergonzoso que la mayor potencia mundial no cuente con un partido político verdaderamente de izquierdas que aspire a la presidencia del Gobierno. Me importaría un bledo si fuera en algún otro país, pero por suerte o por desgracia (más bien por lo segundo), lo que suceda en EE.UU. mañana me afectará de una u otra forma. No falta quien dice que el Partido Demócrata representa los valores más propios de la izquierda política: primacía de los derechos sociales, cuidado por el Medio Ambiente, economía intervenida por el Estado, compromiso con la Cultura, supremacía de los principios de Solidaridad, de Paz, de Igualdad…Ja ja ja.

Basta echar la vista atrás para darse cuenta de que presidentes demócratas han cometido tantos crímenes humanitarios como sus “primos-hermanos” republicanos: Durante la Administración Clinton, las sanciones económicas costaron la vida de miles de iraquíes, y los bombardeos de los aviones estadounidenses se sucedieron periódicamente tanto en Irak, como en Yugoslavia, Sudán, Zaire…; Harry Truman ordenó el lanzamiento de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki; en los años 60, Lindon Johnson terminó el trabajo iniciado por su predecesor, John F. Kennedy, e intensificó la guerra de Vietnam. Algunos dirán que todas estas actuaciones contaban con un respaldo internacional (bien de la ONU, bien de la OTAN, de naciones aliadas, etc.). Pues bien, creo que para los miles de muertos inocentes que arrastraron todas estas operaciones no es excesivo consuelo que EE.UU. las ejecutara con el consentimiento de no se qué institución o país.

En la cuestión medioambiental sucede tres cuartos de lo mismo. Al Gore, otrora vicepresidentísimo de Clinton, se ha convertido en el adalid de la lucha contra el cambio climático, Premio Nobel de la Paz incluido (es que es para partirse de risa, joe). Esta vena sensiblera por el desarrollo sostenible le ha llegado un poco tarde, ¿no? En 1997, durante su Gobierno, más de 160 países, entre ellos EE.UU. (mayor contaminante del mundo), firmaron el Protocolo de Kioto para limitar las emisiones de CO2. Gore efectivamente suscribió el documento, pero lo hizo sabiendo que era papel mojado. Por eso, ya en territorio estadounidense, ni él ni Clinton hicieron nada para que fuera aprobado por el Congreso norteamericano. Una hipocresía galopante.

Por si esto fuera poco, Gore se ha mostrado firme partidario de los biocombustibles. Es decir, de la desertificación de superficies gigantescas, destruyendo bosques y tierras de cultivos tradicionales en Latinoamérica, Asia y África. Una deforestación que aumentará las emisiones de gases de efecto invernadero por el tratamiento de los suelos, la agricultura intensiva y el transporte. Esto acelerará el calentamiento global, y encarecerá los alimentos de primera necesidad.

Y qué decir del sistema económico. Demócratas y republicanos son carne de neoliberalismo. Mismos perros con distinto collar. Privatizaciones masivas, liberalizaciones indiscriminadas, mano de obra barata, mercado libre y autocorrector. Esto es lo que nos espera gane quien gane. “El fundamentalismo de mercado neoliberal siempre ha sido una doctrina política que sirve a determinados intereses. Nunca ha estado respaldado por la teoría económica. Y, como debería haber quedado claro, tampoco está respaldado por la experiencia histórica. Aprender esta lección tal vez sea un rayo de luz en medio de la nube que ahora se cierne sobre la economía mundial”, así resumía Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía 2001 (los mismitos méritos que Gore…ejem, ejem), su percepción sobre cómo el neoliberalismo ha llevado al mundo a la situación actual.

Del Partido Republicano acabo antes si digo que un gabinete compuesto por Dipsy, Lala, Po y Tinky Winky sería mucho más beneficioso para el mundo que uno compuesto por republicanos.

Lo de mañana es un Ruíz-Gallardón contra Esperanza Aguirre. Un Valladolid contra Oviedo. Un Bustamante contra OBK. Malo contra peor. Peor contra horrible. Es una pena que las experiencias político-económicas más recientes que aplicaban políticas progresistas reales fracasaran por su dirección totalitaria (U.R.S.S., Cuba, Corea del Norte,…). Y luego está China, también viciada de origen por su bochornoso tiroteo continuo contra los Derechos Humanos. La izquierda europea dominante de ahora no es más que una derecha camuflada. Social-demócratas, laboristas, partidarios de la tercera vía de Blair…eso es vender humo. Aún así, están a años luz del Partido Demócrata de EE.UU.

Sé que es utópico, pero creo que va siendo hora de que el mundo esté liderado por una potencia revolucionaria, solidaria y progresista. Por desgracia, creo que el Gobierno de Arroyomuerto ahora mismo está pendiente de otras cosas, pero yo apostaría por él.

En cualquier caso, In Obama We Trust (más que nada porque le gusta el basket, ¿verdad Rudy?).

2 comentarios:

Unknown dijo...

Partimos de una base tan particular como la de admitir que la política norteamericana está manipulada por lobbys económicos. Según el bando, las industrias armamentísticas, las petroleras, las de automóviles o las de comunicación congifuran el backstage de republicanos y demócratas. Aún así, no creo que Obama, el partido demócrata, suponga el mismo tipo de gobierno que una administración continuista republicana. Estas elecciones significan un cambio importante. No sucederá de la noche a la mañana, pero la propia elección ya ha destruído ciertas estructuras añejas del mundo yanki. No creo en absoluto en la semejanza de los dos partidos. No existe un escenario derecha-derecha o republicanos-republicanos.

Pablo dijo...

Killo, es un escenario centro-derecha, extrema-derecha. Y la semejanza entre los dos partidos la tienes en las acciones bélicas q han emprendido ambos, unos más sutilmente y otros de una forma más apreciable. En cuestiones medioambientales y sociales ocurre tres cuartos de lo mismo.

Parece q Obama empieza con buen pie (levantamiento del veto a investigar con células madre). A ver si sigue así.