miércoles, 18 de julio de 2012

Maravillosa explosión


A ti,

Y al conocerte exploté. Mi tiempo se adaptó al horario marciano de tal forma que mi día empezaba contigo y mi noche se apagaba contigo. Una locura jovenzuela criada en tierras de calor y madurada a base de anticipos de vida. Con un brillo heredado de la estrella mayor y salpicada con retazos de Luna, el mundo gira para poder contemplarte desde todos los ángulos posibles.

Jugadora con clase. Manejas con confianza las dichas, siempre buenas compañeras de viaje. Las pesadumbres huyen a tu paso, temerosas de caer en tu embrujo venturero. Cuando hace años, un teatro pareció alejarme, hoy sé que no abandonaré jamás la butaca porque nadie es más admirable que tú sobre un escenario. El espectáculo es interminable contigo como protagonista.

Y esa agradable sensación de que cualquier cosa es posible si estás cerca. De que a Einstein se le olvidó considerar tu magia y de que su relatividad no va contigo. Sentir que eso que llaman existencia es un camelo si no comprende tu sonrisa. Creer que caminas cuando paras, que corres cuando caminas, que vuelas cuando corres y que sueñas cuando vives.

Los otros se preguntarán si algo así puede ser real. ¡Y tanto! Besé tus labios una noche de otoño. En Madrid. En el centro, ‘ni pa ti ni pa mí’. Tan real como los unicornios, en ese mundo de fantasía. Ese es el universo al que me has transportado y del que no quiero marchar. Donde la crisis se arrodilla ante tus ojos y el dolor calla al ver pasar tu sombra. Donde el tiempo te pide permiso para avanzar, temeroso de perderse un ápice de ti.

A veces llueve, con tormenta, incluso. Pero se agradece. Emerge entonces el sol con más fuerza que nunca. Sin agua no hay vida. Lo fundamental es saber esperarla, con un paraguas o sumergido en la playa. En donde la suma de todos los granos de arena de la playa y su elevación a la enésima potencia apenas muestra un atisbo de lo que siento por ti. Del desierto, cuya expansión es incesante, interminable.

Porque respirarte es llevarme a la eternidad sin billete de vuelta. Porque verte con los 4 fantásticos me ilusiona. Porque hace mucho que las palabras renunciaron a definirte. “Es imposible definir la belleza”, decían. Porque el tiempo avanza sólo la mitad de lo que lo hace mi amor por ti. Porque es imposible que sea más feliz.