sábado, 25 de octubre de 2008

Uno más en la familia

A Zarpas y a Volga,

la Naturaleza es sabia, a veces injusta, pero sabia. Hoy me ha contado un amigo cómo su gato, que padecía una enfermedad terminal, le demostró en sus últimas dos horas de vida el agradecimiento por todos los cuidados que le había proporcionado a lo largo de los años compartidos juntos.

"Nunca había sido un gato cariñoso", me dijo mi amigo (al que se le entrecortaba la voz de la emoción al recordar aquellos momentos). Sin embargo, las últimas dos horas de su inseparable felino en el mundo de los vivos fue a pasarlas sobre su pecho mientras descansaba tumbado en la cama.

Nuestros animales nos conocen muy bien. Seguramente mucho mejor que nosotros a ellos. Nos han visto crecer, reir, enfadarnos, llorar,...podrían describir nuestros estados de ánimo uno por uno con todo lujo de detalles. Yo diría que adaptan su comportamiento al nuestro: si nos ven alegres saben que hay vía libre para juegos, si nos ven tristes se acercan para que les contemos nuestras penas...Vigilantes, confidentes, compañeros,...son mucho más que simples animales de compañía.

Se me ponía un nudo en la garganta mientras mi buen amigo me relataba su experiencia con su gato. Si no recuerdo mal, tenía 11 años el gatuno. 11 años de convivencia, de multitud de experiencias, buenas, malas, traumáticas, fascinantes, de enfermedades, de celos, de viajes, de juegos, de nacimientos, de rupturas,...

Compartir paseos callejeros en la madrugada donde sólo se oye su rápido respirar, comidas que se hacen interminables viendo sus ojos deseosos de que compartas con él un poco de pollo, siestas de sobremesa con la tele de fondo, conversaciones en las que él sólo escucha y te mira atentamente,...Son verdaderos amigos. Familia.

Dejaste huella en mí Volguichu, como también está moldeando la suya Zarpas. Compañeras de mil batallas, cazadoras de secretos.

2 comentarios:

Jonathan dijo...

Se nota en tus palabaras ese amor por los animales, esa extraña sintonía entre el amante amo y el amado animal. Certero y profundo.

Pablo dijo...

Orión debe estar orgulloso de sus dueños :)